Pintar con palabras
No me
pidas cuentas de mi vida:
la
conversación se alargará.
En
todas las épocas estoy presente, como si
tuviera
un millón de años.
Mis
maletas se han cansado del largo viaje
y yo me
he cansado
de mi
caballo y de mis conquistas.
No ha
quedado ni un pecho, blanco o negro,
en cuyo
territorio no haya plantado mis banderas.
No ha
quedado ni un rincón en el cuerpo de una bella
por el
que no haya pasado mi caravana.
De la
piel de las mujeres he confeccionado un manto,
he
construido pirámides de sueños
y he
escrito poemas a cuya magia sólo se asemejan
las
palabras de Dios en la Torah.
Hoy me
siento en la cubierta de mi barco
cual
ladrón buscando el camino de salvación,
giro la
llave del harén y no veo
en la
sombra más que calaveras de muertos.
¿Dónde
están los prisioneros?
¿Dónde
están mis pertenencias?
¿Dónde
está el incienso que fluía de mis habitaciones?
Hoy los
pechos se vengan
y me
devuelven las puñaladas.
Las
tristezas de Harún Al Rashid"1" son amargas.
¡Si
conocieras la amargura de la tristeza!
Soy
como la antorcha del camino, amiga mía,
lloro,
pero nadie ve mis lágrimas.
El sexo
fue un calmante que probé:
no
acabó con mis tristezas ni mis crisis
y el
amor entero se tornó
semejante
a las hojas en los bosques.
Soy
incapaz de amar ni una hormiga
o una
nube, de amar cualquier guijarro.
He
practicado mil y una religiones
y he
descubierto que la mejor
es
adorarme.
Tu
dulce boca no soluciona mi caso:
mi
problema está en mi cuaderno y mi tintero.
Todos
los caminos entre nosotros están cerrados:
nuestra
salvación es pintar con palabras.
De: “Pintar con palabras”
Versión de maría luisa prieto
[1] (764-809) Quinto califa
abbasí. Su suntuosa y legendaria corte aparece reflejada en los cuentos
de Las mil y una noches.
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