martes, 3 de julio de 2018

EUGENIO GERARDO LOBO





A Marsia, llorando



Tanto a tus ojos claros desafía
el tirano dolor que el alma siente,
que a los diluvios de cristal corriente
todas sus luces tu beldad les fía.

Vivo el cuidado, mustia la alegría,
dio sepulcro a tu sol tu mismo oriente;
y, a pesar del ahogo, se consiente
más triste si no menos bello el día.

Fue de tus luces providencia rara
el que a un afán el llanto las rindiera,
y en derretido aljófar anegara;

y a los activos rayos de tu esfera
fue preciso que el agua los templara,
porque el mundo a su ardor no se encendiera.




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