jueves, 7 de marzo de 2019

XAVIER OQUENDO





Cacería



Decidimos tener novias. Ir a cazar, de entre las fieras, la que más cercana se halle a nuestro barrio. La que logre aposentarse en nuestras ansias.

Pero la libertad del viento y unos tragos nos atrapan. Atrás quedan las muchachas vestidas de amarillo. El deseo se opaca.

Somos los feos que buscamos la flor en la orilla del charco.

Ya no hay a quien cazar en esta noche.

Y Quevedo es un montón de mentiras: solo es el polvo y ya no el enamorado.


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