miércoles, 1 de mayo de 2019

EVA STRITTMATTER




La poesía es un suicidio. Me estrangulo. 



Con cada verso que pongo por escrito
asfixio mi Yo que respira.
Que quede con vida depende sólo
de que cometa un asesinato.
Porque no soporto más
no entenderme a mí misma.

Lo que quedará de mí

Lo que quedará de mí: cuatro hijos
(mi coartada humana).
Y puede que una bonita fotografía
que se me parezca.
Que me muestre riendo.
No enseño la cara que pongo
cuando lloro.
Quedarán entonces: los poemas.
Puede que dos o tres sigan siendo conocidos
durante un poco más de tiempo que el resto.
Y eso también pasará.
Es curioso saber eso
y volver a levantarse.
Y tener que seguir viviendo
como si fuera para siempre.




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