viernes, 24 de mayo de 2019

ROSABETTY MUÑOZ





(Ya no vienes a iluminarme)



El preferido de mi corazón pronunció mi nombre
una tarde sin quebraduras.
Dijo “nunca cambiaría la casa de mi padre por ti”.
Y yo soñaba que era el más grande
porque no lo vencía una muchacha.
Pero el asalto del mal astilló cada uno de los sueños
desató techos con soplidos de animal sacrificado.
El viento arrecia. Corren niños despavoridos.
El mundo fue tan grande como para perdernos.


De: “En lugar de morir”


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