Lo que se alcanza
No
más signos de exclamación.
No
más gritos rotos.
No
más locura, no más enajenación.
Que
los tulipanes se marchiten
en
corredores oscuros.
Que
las ramas cuenten
en
las sombras los segundos
para
la caída del hacha.
No
es por falta de imaginación,
exceso
de insanidad o desgana.
Es
por la luz del día
que
me desarma,
el
reflejo de años perdidos
¡Oh!
Tu cara.
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