Albert Schirding
Jonas
Keene creyó su destino cruel
porque
sus hijos fueron todos fracasos.
Pero
yo sé de una suerte aún más atroz:
ser
un fracaso mientras los hijos triunfan.
Pues
crié una raza de águilas
que
volaron, por fin, dejándome a mí
como
cuervo en la rama abandonada.
Entonces
fui en busca del título "Honorable",
y
para ganarme el respeto de mis hijos,
me
lancé como candidato a la Superintendencia de Escuelas,
gastando
todos mis ahorros para ganar... y perdí.
Ese
otoño, a mi hija, le dieron primer lugar
en
el concurso de pintura de París.
Ganó
con su cuadro "El viejo molino"...
(El
molino de agua antes de que Henry Wilkin
instalara
la máquina de vapor.)
Sentir
que no fui digno de ella terminó conmigo.
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