Jonas Keene
¿Por qué se mató Albert Schirding
en un esfuerzo por ser Superintendente de Escuelas,
dotado como estaba de lo mejor de la vida,
hijos maravillosos que lo colmaron de orgullo
antes de que cumpliera sesenta años?
Si tan sólo uno de mis hijos pudiera haber cuidado
un puesto de periódicos,
o si una de mis hijas se hubiera casado
con algún hombre decente,
no habría caminado debajo de la lluvia
ni me habría metido a la cama después
con mi ropa toda empapada,
rechazando a médico y medicinas.
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