Las conchas
Cada
concha incrustada
En la gruta donde nos amamos,
Tiene su particularidad.
En la gruta donde nos amamos,
Tiene su particularidad.
Una
tiene la púrpura de nuestras almas,
Hurtada a la sangre de nuestros corazones,
Cuando yo ardo y tú te inflamas;
Hurtada a la sangre de nuestros corazones,
Cuando yo ardo y tú te inflamas;
Esa
otra simula tus languideces
Y tu palidez cuando, cansada,
Me reprochas mis ojos burlones;
Y tu palidez cuando, cansada,
Me reprochas mis ojos burlones;
Esa
de ahí imita la gracia
De tu oreja, y aquella otra
Tu rosada nuca, corta y gruesa;
De tu oreja, y aquella otra
Tu rosada nuca, corta y gruesa;
Pero
una, entre todas, es la que me turba.
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