lunes, 12 de octubre de 2020

MIHAÏ BENIUC

  

 

 

Canción de amor




Ven, canción de amor, 
desde el corazón de los elementos 
sobre el ala de la tormenta 
con el aullido de la tempestad, 
ven desde los abismos de la noche, 
a caballo sobre los torbellinos 
con el hervor de las aguas profundas, 
que te llevan los pastores del aire 
en tropeles de estrellas 
ladradas por el trueno. 
Ven, torbellino de fantasmas, 
carro de nubes 
fustigado por el relámpago 
roto sobre el espinazo 
de las tinieblas. 
Ven, toro del crepúsculo 
rasgado por el diente de la luna, 
hoz surgida de las encías del celo. 
Ven, 
conmoción de la aurora 
con la aureola del sol sobre la cabeza, 
despierta 
al nenúfar del lago, 
la tórtola en el nido, 
la voz de la fábrica en su pecho de metal, 
el niño en los brazos del sueño, 
desliga a los borrachos de las heces del vino, 
las enamoradas de los enlazamientos de la carne, 
las abejas 
del calor del panal. 
Ven sobre mil senderos, 
nieves fundidas, 
lluvias mezcladas de sol, 
hierbas invasoras, esplendor de los campos, 
hojas caídas, 
racimos vendimiados, aplastados en el lagar, 
balbuceo del mosto en los toneles, 
y cristalízate de un golpe 
en tres palabras 
murmuradas por el hombre al oído de la amada, 
envueltas en el beso, 
apenas comprendidas, 
frágiles y cálidas: 
Estoy cerca de ti.

 


1966

 

Versión de Rafael Alberti y María Teresa León 

 

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