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Cuando,
al fin, hayas encontrado el océano de la felicidad, no te vayas sediento.
Vuelve en ti y no seas loco;
la muerte te acecha.
Aquí tienes, ante ti, el agua pura. Bébela hasta saciarte.
No persigas el espejismo; ten sed de néctar. Dhruva, Prahlad y Shukadeva
bebieron de él. Raidas lo probó.
Los santos se embriagan de amor; tienen sed de amor.
Kabir dice:
Escucha, hermano mío: la guarida del miedo se ha desplomado.
Ni por un instante miraste al mundo frente a frente.
Con la falsedad tejes tu esclavitud; tus palabras están llenas de engaños.
Con el fardo de deseos que llevas en la cabeza, ¿cómo podrías andar ligero?
Kabir sigue diciendo:
Guarda en ti la verdad, el espíritu de sacrificio y el amor.
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