YO
TAMBIÉN jugaba con el futuro,
doblaba mi vida en una hoja de cuaderno,
repasaba el nombre de las gentes
y el de los lugares.
En
esas páginas está la memoria,
descostrada, donde escarbo
para verme de cerca.
Pero
no me encuentro
ni allí ni en el álbum
del día a día
que lleva mi nombre.
De: “Y los dormidos siempre mudos peces”
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