La
respuesta
Después
del sofocamiento de Halabja,
Escribí
una larga queja a Dios.
Antes
de leérsela a la gente,
Se
la leí a un árbol,
Y el
árbol lloró.
A un
lado,
Una
paloma mensajera,
Dijo:
“¿Quién te la llevará?
Si
esperas que yo la lleve,
No
alcanzará el trono de Dios”
Más
tarde en la noche,
El
ángel de luto de mis poesías,
Dijo:
“No te preocupes por nada,
Yo
te la llevaré hasta arriba,
Hasta
la Vía Láctea,
Pero
no te prometo que Él mismo tome la carta;
Sabes,
¿quién puede encontrar a Dios el grande?”
Yo
le respondí: “Gracias, puedes volar”
Él
ángel de la inspiración
Voló
Con
mi queja en su mano
Y al
día siguiente regresó.
En
la parte de abajo de la misma queja,
El
secretario número cuatro del oficina de Dios,
Llamado
Obaid,
Me
escribió:
“¡Idiota!
Tradúcela al árabe,
Nadie
entiende kurdo aquí
¡Y
así no se la entregaremos a Dios!’’
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