Líneas
de parentesco
Una célula pierde identidad de tanto repetirse a sí misma
y acaba desapareciendo en ese largo viaje del rostro.
A mi gata le sucede lo mismo.
Envejece.
De tanto ser como ha sido
es distinta y vomita
y se queda quieta
y ensucia el piso
y ya no se lame
y envejece con ella los objetos:
la esquina de la silla o las cortinas,
mis piernas, la esquina de la cama.
Le paso la mano por el lomo
para repetirme con ella
y acabo desapareciendo
en ese largo viaje del tacto.
La gata me mira y vomita.
Ambos estamos perdiendo
nuestra identidad
de tanto parecernos
a nosotros mismos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario