Extremecido de luz
el
aire que llenaba
los
espacios abiertos
me
tocaba
y
todo –el recuerdo
de
mi casa vacía
y lo
allí veía-
me
llevaba al poema
los
arboles tranquilos
las
calles húmedas
el
agua fresca de rio.
El
poema era eso:
vacío
del hogar
quietud
de árbol
hospitalidad
de la calle.
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