miércoles, 1 de septiembre de 2021

ESTELA FIGUEROA

 

 

 

 

Extremecido de luz

el aire que llenaba

los espacios abiertos

me tocaba

y todo –el recuerdo

de mi casa vacía

y lo allí veía-

me llevaba al poema

los arboles tranquilos

las calles húmedas

el agua fresca de rio.

El poema era eso:

vacío del hogar

quietud de árbol

hospitalidad de la calle.

 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario