Hablaría
de mi igual y mi prójimo,
retendría sus dos nombres,
pasaría de uno a otro por no romper al simpar
Aun así algo se derriba,
caería a mi lado, sobre mis contornos y líneas,
me quedaría de golpe callado
A fin de no herir y no despertar,
pastorear algo más bien a su lado,
mi fraterno en zozobra y pavor,
mi otro habitante que desvía la sangre
El camino de mi igual,
la inclinación que elige la senda discreta
Para decirle e implorar
que no insista más y se aleje de mí,
ni tome el rumbo del que no se consiente
Supongo que ya entiende y guarda para después
las desapariciones que a todos acechan,
las leves resurrecciones que a nadie convencen
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