viernes, 25 de febrero de 2022

BAUDILIO MONTOYA

 

  

Memoria

 

 

Era tan leve, tan sutil, tan mía,
tan ingenua, tan diáfana y tan suave,
como el trino cordial que dice el ave
cuando comienza a parpadear el día.

Era toda blancor de Eucaristía,
emoción de llegada de la nave,
y había en su ser, porque el amor lo sabe,
como una placidez de lejanía.

Una voz queda en mí que la reclama,
una voz dolorosa que la llama
y que en mis horas sin cesar la nombra,

y que la busca tras su amargo ruego
inútilmente, como busca un ciego
su luz perdida en medio de la sombra.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario