sábado, 12 de marzo de 2022

FERNANDO FONSECA

 

 

 

Cuando fingíamos bajo la fina lluvia
un aquelarre de extrarradio
únicos habitantes de un mundo
que dábamos por omitido
acabamos por creernos los dos
supervivientes de la hecatombe.

Por eso me dijiste entonces
que harías de mí un educado acróbata
y que me acompañarías
el resto de nuestros siglos
con fidelidad apabullante.

Estábamos solos en la marquesina
a altas horas de la noche
y nos dio por cantar
aderezando la llovizna
que era nuestra mejor aureola.

Nunca llegó aquel autobús
y vencidos por la extenuación
tú me preguntaste:
«¿A dónde vamos.»

Y yo te respondí
con mi sonrisa de los domingos:
«Al fin del mundo.»

  

De: “Años de vida”

 

 

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