Todas
las navidades recibíamos los regalos
que nos enviaban desde los Estados Unidos.
Barbies,
carritos a control remoto, nintendos.
Libros, comics, casetes y videos.
Para
vacaciones nos enviaban zapatos, ropa,
tenis de marca y guantes de pelota.
Hasta
teníamos los cubrecamas de El hombre araña.
Desde la infancia nuestra vida estuvo subtitulada.
Todo
era una preparación para cuando emigráramos.
Sentados en las marquesinas, esperábamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario