viernes, 3 de junio de 2022

FABIÁN GUERRERO

 


 

II



Parecía una mañana más bien predecible.
Su brillo pasajero
Enrollándose por encima de nuestras cabezas,
Por ejemplo.
O el sol como un pinchazo.

Y enseguida,
La mañana se va quedando atrás.
Pierde su luz
Se decolora
Declina, incluso.

Queda esa neblina espesa
Que insiste
Hasta hacerse mancha
Ajadura
En la puerta misma del día.

 

 

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