Literatura
norteamericana
Poetas
y narradores
se
trasladan a las vacantes
que
Edward Hopper les dejó.
Ellos
se establecen en los espacios en blanco,
donde
la luz ha sido restregada y decolorada
hasta
parecer blanco-esqueleto, y donde nada crece
excepto
ausencia. Donde algo falta,
el
hombre por el que espera una mujer,
o
muebles en una habitación
despojada
como una cama de hospital
donde
el paciente murió.
Aquellos
desprovistos interiores
son
justo lo que ellos están buscando,
los
escritores, que llegan con su equipaje
de
varitas de zahorí y libros manoseados,
sus
molestas fotos familiares,
sus
boludas camas, su predilección
por
comenzar fuegos en habitaciones vacías.
Versión
por Andrea Muriel
No hay comentarios:
Publicar un comentario