lunes, 11 de julio de 2022

ROSAMEL DEL VALLE

 

  

Soldado de Madrid

 

 

Idea de césped puesto a prueba por rocío de azufre
En abrirse de profundo resplandor.
Más pálido que la cera de las manos pero con pupilas
De pecho abierto al extraño sacrificio y al ojo
Extasiado y universal desde adentro, seguro.
En destino y señal con rodillas de fuego recibido
Y devuelto como dedos crispados en una rama,
Seguidos de rojos océanos creados sin traición.
Sin el pan del hombre perverso,
Sin el agua del disfrazado de noche y crimen,
Sin la voz en cuatro pies.

Oh larga muerte necesaria para vivir y necesaria
Defensa universal y sagrada copa de rocío sin beber
Por ahora y jamás y sangre no dominada por ahora
Y jamás y conciencia brillante sin corazón vencido
Por ahora y jamás y espalda de sal lúcida no azotada
Por ahora y jamás y hombros de fuego no destruidos
Por ahora y jamás y piel no hecha para bocas
Asesinas por ahora y jamás y defensa del ser
No igualada por ahora y jamás.

Imagen y presencia sin obscuridad con el grito
En el aire de la sangre y en la flor y coraza
De las armas del corazón terrestre.
Como en única lumbre desesperada,
Como en único olor y pulso y respiración y manos
Donde nacen las lámparas y el estremecimiento
Que rechaza la muerte.

Qué vigilia penetrante por los vivos y los muertos
Mientras el alba cae ceñida de fusiles,
Mientras los hombres detienen el temblor extranjero,
Mientras las mujeres apagan la luz de sus cadáveres,
Mientras el mundo espera de pie en las puertas del sueño.

 

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