Entre
un celeste y el verde
El
hombre en su pequeña canoa rema hacia el fondo verde y el celeste desconsolado;
rema hacia un dúo de colores que aletean amalgamados.
El remero viaja Enel recodo infinito del silencio y el agua.
Gira con fuerza, esquiva y vuelve a su recuerdo.
Sin detenerse, viaja en lo que llamamos tiempo con remo y bote absorbidos por
el celeste y el verde, mientras el horizonte atisba la estela con e verde y el
celeste a sus costados.
La pregunta está en cómo saber a dónde irá este hombre, si estamos con él en la
embarcación donde alcanza un solo viajero.
Y cuánto durará en llegar al silencio, mientras se hunde en nuestros
pensamientos.
Un verde y celeste navegan en estas aguas y esperan al que ya no existe en la
canoa.
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