A
medianoche
El
uniforme azul es valentía.
Se
distingue de cante cual gallo
en la oscurana, pero enseguida,
ni él mismo se basta: sobran
las mentadas metáforas.
El
uniforme azul es un gitano
con la boca chorreada de templos,
de reclamos, de recaídas
en la indumentaria.
Eternos
descendemos en él
entre pulsera y sandalia cual adagios.
El
pie y la muñeca se balancean;
es sabido: el cuerpo está ahí,
no siempre la mente, no siempre
la voz de pulpos comentarios,
de pulpos sedentarios no sé ya,
pero está, yace hasta el afuera
y se imagina su patio pata de elefante
plantado.
Vivirá.
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