martes, 17 de enero de 2023

NUNO JÚDICE

 

  

Partida

 

 

En verdad, todo el espacio es una línea en el centro del átomo
a la que se reduce cada hombre, en su esquina de soledad. El horizonte,
que nos parece inmenso en su dibujo matinal,
cabe en el fondo de un vaso, cuando bebemos el primer
café, donde los sueños de la noche se deshacen con un sabor
amargo a día de Invierno. Y las nubes bajan al nivel de los ojos,
para que las metamos en el dedal de una costura sin límites,
y su contorno sirva de encaje a la almohada del tedio. Entonces,
su ser escapará de esta caja vacía. Se llevará consigo el
horizonte y las nubes; y sólo si nos prendemos de un hilo de niebla
podremos seguir su camino, hasta ese borde de
acantilado que su cuerpo no atraviesa. Más allá está el mar
de la esencia, con sus mareas de inquietud y de
certeza, y el abismo de duda que se abre cuando la
tempestad nos amenaza. La existencia quedó atrás,
la vida, las cosas concretas, como los sentimientos y
las palabras que forman y transforman lo que somos. Sin embargo,
en esta frontera, ¿qué hacer con los caminos que se nos abren?
¿Cómo avanzar, sin barco ni rumbo, en dirección a qué
puerto? ¿Y qué nos espera al volver al sitio de
donde nadie debe partir sin llevar, en el bolsillo, la cita
confirmada, la dirección, la voz acogedora de un dios?
 
 
Versión de Blanca Luz Pulido
 
 

 

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