Gravitación
Una
imagen se desploma para levantarse en una voz,
para morir en un hombre
por la calle que se deshoja
en
oídos remotos,
en el zafarrancho lejano
de un oído por la ciudad,
de un charco de ojos por la ciudad que se oye
paralizando el rumor del tiempo.
Lo
que somos (aguacero de brazos, tempestad de silencio)
feria al luto de nuestras máscaras
mientras las aguas pasan,
mientras la muerte viene,
mientras la borrasca de nuestro pensamiento nos reconstruye.
Astillas
de los espejos graban estas señales,
delinean estas cúspides, estas bocas de la sequía
–nombres del siglo en sus ejercicios
de luminoso cadáver enternecido.
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