martes, 14 de enero de 2025

ÁNGEL DÍAZ

 

 

                                            Se toca el pene

                                    y busca romper en hojas

                                                mi ventana.

                                              A.E. Quintero

 

 

 

El hombre detrás de la ventana

ve a unos chicos orinando afuera de su casa,

desde su encierro voluntario él los ve

como un niño escucharía

detrás de la puerta de sus padres 

cuando hacen el amor.

 

Es un hombre que no se contradice

porque sus días se cortan ligeros por su rostro

como un cajón abierto lleno de cuchillos.

 

La soledad que los mira detrás de las cortinas

es un vidrio de manos exiliadas,

una soledad elocuente,

soledad de minorías.

 

Estoy seguro de que cuando nos ve

palpa nuestros penes desde su cristal

y años atrás cuando él orinaba en algún lugar publico

le hubiera gustado saber

si alguien lo vio

como él nos mira ahora.

 

El hombre detrás de la ventana

sabe que me han dejado solo

cuando se escuchan ruidos en la casa,

supongo que él también entiende de las compañías 

que pertenecen pero no están con nadie.

 

Escucho su puerta abrirse

ahora que la lluvia

es la única caricia contra el miedo.

 

El hombre detrás de la ventana

me saluda

y me invita a pasar.

 

 

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