Afrutados
Veo
las frutas en la cima
siendo recompensa en días áridos
de indivisas despedidas
y sueños a la mitad.
Reseca
la boca
tientan con lujuriante aroma
alcanzada en tu refugio
donde ya ni a salvo estás,
embestida de apetitos y renuncias.
Elige
una, aunque áspera te sea.
La
más distante o la más esférica,
y álzala con su azul erotizado por la nostalgia
en el invisible ritual
de invertir el infortunio.
De: “Fruta hendida”
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