Balada de buena doctrina
Pues
ya bulas apócrifas trafiques
o vivas de ir trampeando con los dados
o monedas corrientes falsifiques
como los que terminan escaldados*,
delincuente sin dios ni rey, bandido,
así estafes o robes o adulteres
¿en qué termina tu oro mal habido?
Todo se va en tabernas y en mujeres.
Rima,
zahiere, pulsa un instrumento
como los locos que el disfraz protege,
hazte el payaso, el mago, inventa un cuento
y representa donde se te deje
escarnios, farsas y moralidades,
gana a las cartas: todo lo que adquieres
-escucha atentamente y no te enfades-
todo se va en tabernas y en mujeres.
¿Que
ante tales infamias tú reculas?
Entonces ve a labrar campos y prados,
almohaza caballos, asnos, mulas
si no te cuentas entre los letrados
y ganarás bastante. Mas si acaso
de los que el cáñamo trituran eres
¿no es verdad que el producto de tu brazo
todo se va en tabernas y en mujeres?
Calzas,
jubones, bragas, capa
y todos los vestidos que tuvieres
llévalos -¡vámos! ¡que la edad se escapa!-
a las tabernas pronto, a las mujeres.
* Escaldados se refiere a los acuñadores
de monedas falsas,
pues así morían los que hacían monedas sin autorización.
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