sábado, 21 de junio de 2025

JUAN BONILLA

 

 

  

Hasta aquí

 

 

Fui enlazando seres, como todos,

en una representación

de un solo espectador constante,

a veces crítico ofendido,

a veces gran amigo del autor

capaz de perdonarle cualquier fallo.

Otros espectadores iban y venían,

se asomaban un momento,

reían con un gag,

o se quejaban ante una escena violenta,

lloraban, o se encogían de hombros.

A veces

hasta irrumpían en escena

para decir:

no, no es ficción, esto no es una ficción.

Luego se hacían humo

o se estampaban contra el decorado.

 

Ahora veo mi vida

como un poema de la Antigüedad

del que sólo podemos hacernos una idea

aproximada porque

nos han llegado sólo unos fragmentos

en citas de otros que los sacan del contexto

en que nacieron.

Aturdidas imágenes que saltan sobre el vano

empeño narrativo

de la memoria

que puja por inventarse

un relato como quien se propone

fabricar un espejo

con los añicos

de todos los cristales

que ha roto en una vida.

 

  

De: “Los días heterónomos”

 

 

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