Soy
Nevenka
(Iciar
Bollaín habla con Mireia Oriol)
I
AHORA,
quebrada
la flor del tacto,
no
lo comprendes bien, pero lo intuyes,
porque
eres otra razón más,
otra
víctima
a la
que le creció demasiado la tristeza.
Dura
es la tensión y el dolor
con
su cuña de silencio,
duro
el terror,
la
verborragia, el juicio injusto.
Duro
el recuerdo y sientes su cordaje,
la
maroma
que
enhebra la infamia y la culpa,
el
calvario brutal de la impotencia.
II
No,
no es otro el hecho, ni tampoco el argumento,
no
es otra la patraña.
Es
violencia, sí, y violación,
se
llama así.
Nunca
es amor, nunca es ternura.
Y
hay que decirlo fuerte aunque nos duela,
porque
el nombrar hoy nos salvará,
y
las palabras,
conscientes
y culpables del sentir de lo que dicen,
buscarán
su camino
para
elevar desde la herida la protesta,
para
avivar las ascuas de la lucha.
Porque
ahora tú también eres
otra
herida abierta, otra mujer más,
a la
que de repente
quisieron
expulsar del deseo y del amor,
y
quedó enredada a golpes de odio, sin querer,
entre
los hilos de la violencia.
Demasiada
tristeza.
Demasiado
dolor hoy
para
intentar ser solo razonables.
No
importa la gente ni sus duras palabras,
no
importa lo que ahoga,
importa
la dignidad, siempre la dignidad,
importa
ser tú misma.
(2024)
De:
“Trece escalones”
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