miércoles, 26 de noviembre de 2025

HORTENSIA CARRASCO SANTOS

 

 

Cada una de mis palabras

 

 

Escucho la voz de una niña latir en mi garganta.
De ella escapan los gritos
que no hice cuando mi infancia se apostillaba
entre las faldas de una mujer pretérita.
Esa pequeña debiera observarme desde un sembradío de cebada
y burlarse de mi presente porque vivo al día y de ese a diario
voy con la carne de mi cuerpo por la casa o por la calle.
Tiemblan los albañales por donde mi sangre pasa
y empujan un ruido de níquel, un ruido de papel, un ruido de tela.
Si la niña encendiera un cerillo para quemar las cáscaras del llanto,
y en esa quemazón murieran los animales del odio,
los botiquines serían usados para curar cada raspón de la niñez
y así yo no escucharía a la yo que grita
y me señala con el dedo dónde colocar cada una de mis palabras.

 

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