viernes, 24 de febrero de 2012

JUAN MELÉNDEZ VALDÉS




De tus doradas hebras, mi señora




De tus doradas hebras, mi señora,
amor formó los lazos para asirme;
de tus lindos ojuelos, para herirme
las flechas y la llama abrasadora.

Tu dulce boca que el carmín colora
su púrpura le dio para rendirme;
tus manos, si al encanto quise huirme,
nieve, que en fuego se me vuelve ahora.

Tu voz suave, tu desdén fingido
y el albo seno, do el placer se anida,
pábulo añaden al ardor primero.

Amor con tales armas me ha rendido;
¡ay, armas celestiales! ¡Ay mi vida!
yo soy, yo quiero ser tu prisionero.


No hay comentarios:

Publicar un comentario