martes, 10 de abril de 2012

CARLOS DARIEL




Por si acaso



una de estas mañanas
será necesario abrir los ojos como un árbol
y preguntarse dónde abandonan sus recuerdos los demonios

será preciso renovar la sed de los infiernos
sin remedos de autoestima

una mañana cualquiera
digo
tendré que apresurar el paso
para que no me atrape la memoria

estaré más allá de las mensuras
fuera del oráculo
y          sobre todo
llenaré de coartadas
mi sangre
una de estas mañanas

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