Nada
Hinchados los márgenes con el devenir
ojos arrancaron mi cara ante el infinito
mientras nada era propio.
¿Acaso nada es lo único propio?
mi nombre nada
mis restos nada
el ojo nada siempre nada
Aquí no estoy,
este cuerpo no es el que será,
esta boca besa lo desposeído.
-Salvemos al lúgubre,
al que no tiene pupilas
me dijo,
yo escuché nada.
La poesía se vio la cara
y era mía la cara y lo que vio
-Ya verás,
te daré cielo en versos prolongados
me dijo,
mientras yo no tenía ojos
mientras entendía nada.
Del libro inédito “Lengua
esteparia”
No hay comentarios:
Publicar un comentario