domingo, 28 de abril de 2013

NATALIA LITVINOVA






Nada




Hinchados los márgenes con el devenir

ojos arrancaron mi cara ante el infinito

mientras nada era propio.

¿Acaso nada es lo único propio?

mi nombre nada

mis restos nada

el ojo nada siempre nada

Aquí no estoy,

este cuerpo no es el que será,

esta boca besa lo desposeído.

-Salvemos al lúgubre,

al que no tiene pupilas

me dijo,

yo escuché nada.

La poesía se vio la cara

y era mía la cara y lo que vio

-Ya verás,

te daré cielo en versos prolongados

me dijo,

mientras yo no tenía ojos

mientras entendía nada.


Del libro inédito “Lengua esteparia”




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