viernes, 3 de mayo de 2013

ALBERTO ROJAS JIMÉNEZ





Otoño


Ven, Otoño.
Entra en mi cuarto.
Como a un antiguo amigo
te estrecharé en mi abrazo.
Todo lo mío será tuyo:
Las rosas, los libros, el piano.
Hasta mi querida, Otoño,
sobre la rosa de su carne
pondrá tu oro pálido.
Y así será tuya.
Tuya y mía, y compartiremos
sus caricias y sus besos cálidos.
Entra, Otoño.
No apoyes tu gavilla de oro
en los cristales.
Entra y espárcela por todo
hasta cubrir mi alma.

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