viernes, 17 de mayo de 2013

GUILLERMO SEPÚLVEDA





Poema Nº 4



Abre tu cuerpo, amada,
para que vayan por él
mis manos verdes.

Tu cuerpo, como un valle
y sus colinas.

Tu cuerpo, como un cielo,
con sus muslos ardientes.

Tu cuerpo, como un grito,
por la arena
y su tibio lamento.

Qué corales tan dulces
por tu espalda
y qué semillas buscando
un río nuevo.

Mis besos te llenan de palomas
el cuerpo.

¡Cómo cabe mi vida, tan pequeña,
en tu sexo!


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