domingo, 10 de noviembre de 2013

CHARO GUERRA





Campo visual de la doméstica



Campo visual de la doméstica Mirada triangular cuando Isadora baila la ropa en los cristales. La doméstica observa por refracción el movimiento y los contornos de Isadora. 

Detalla respiraciones agitadas.

Más allá del cristal otro mundo es comercio, oficinas, buroes, tecnocracia... 

Ninguno de esos seres ve lo que transcurre en la piel de sus ventanas. Ninguno puede verlo. 

Isadora se abraza al airecillo de cuaresma y pacta junto a él su ondulación de diosa. 

La doméstica conoce el episodio, presiente el fin aunque el tejido severo no deja de bailar transparentando piernas, transparentando brazos, el pelo circulante de Isadora. 

El tejido blanquísimo está seco sorprende la irreverencia de un aplauso que escucha la doméstica cuando Isadora se despide haciendo un profundo ademán de cortesía. 

Danza del reposo, de la serenidad. Está la diosa en su lisura. 

Desde un balcón hacia el vacío: mirada triangular, isósceles, y el cuerpo de Isadora entregado al aroma a la ausencia de ácaros, caliente aún para mezclarse con la vencida naftalina. 


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