Entrando
en ti, cabeza con cabeza...
Entrando
en ti, cabeza con cabeza,
pelo con pelo, boca contra boca:
el aire que respiras -la fijeza
del recuerdo-, respiro y en la poca
pelo con pelo, boca contra boca:
el aire que respiras -la fijeza
del recuerdo-, respiro y en la poca
luz
de la tarde -rayo que no cesa
entre los huesos abrasados- toca
los bordes de tu cuerpo; luz que apresa
la forma. Ya su cénit la convoca
entre los huesos abrasados- toca
los bordes de tu cuerpo; luz que apresa
la forma. Ya su cénit la convoca
a
otro vacío donde su blancura
borra, marca de arena, tu figura.
El día devorando de sonidos
borra, marca de arena, tu figura.
El día devorando de sonidos
quema,
de trecho en trecho, su espesura
y vuelca de ceniza la textura
en la noche voraz de los sentidos.
y vuelca de ceniza la textura
en la noche voraz de los sentidos.
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