jueves, 19 de diciembre de 2013

JUAN MANUEL ROCA



  
Arenga del antihéroe



Nunca llegué a sitio alguno.
Cuando algunos viajaban por el espacio
Y veían la tierra como una aldea perdida,
Yo miraba en la oscuridad de los armarios
Pequeñas lunas de alcanfor.
Mientras tantos impacientes caían en combate
O petardeaban la posición del enemigo,
Yo era humillado en oscuras oficinas de notarios.
Cuando los inventores de la máquina de sueños
Cenaban con mujeres más bellas que sí mismas,
Mi ración de orfandad me era servida,
Fría como un lenguado bajo la luna.
Mis amigos de infancia crecieron para el brillo,
Algunos son senadores que sonríen en las plazas,
Otros se hicieron hombres de industria, empresarios,
En el barco van en el área de los triunfadores.
Yo visito el mismo paisaje de casas repetidas,
Mi único guardaespaldas es el viento.
No fui de los que llenan estadios y coliseos,
Ni el cantante que puede permitirse injuriar
Al auditorio. Nunca llegué más allá de la próxima esquina.
Jamás tuve agallas para disparar contra el tirano,
No abrí un túnel para que todos salieran de la cárcel,
No fui capaz de salir durante el toque de queda,
No monté en pelo el brioso caballo de la guerra
Ni atravesé campos minados para salvar una aldea.
Me dediqué a masticar en la sombra
El pan sin levadura de todas las derrotas.
A veces me pregunto dónde andarán
Los que cambiaron de piel, de casa o de país,
Mientras bebo la misma cerveza
Mientras suena, una y otra vez,
Una canción que habla de visitar la lejanía.




No hay comentarios:

Publicar un comentario