jueves, 15 de mayo de 2014

ANA ILCE GÓMEZ



 

Red de infinitudes
 

 

Las premoniciones, los sueños, los augurios
La vasta red de los sentidos
Eso que desconocemos
Aquello que damos por sabido
El sabor de la sal
El ocre de la tarde
Lo fugaz
Lo continuo
Todo forma una red infinitesimal
un íntimo tejido
que entrecruza la vida de una espora
con nuestras propias vidas.
Éstos son los misteriosos obsequios
los enigmas al hombre conferidos
en la siesta de siglos
por la intención de un ángel
o el ocio de un Dios infinitivo.

 

De: Poemas de lo humano cotidiano

 

 

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