viernes, 25 de julio de 2014

PEDRO JUAN ÁVILA JUSTINIANO


 
 

Ella

 

La negra resguardada del Caserío
la que te parió solita en el Municipal
la que recicla afanes en el día
la que incinera culpas en la noche
te lleva cada semana
el aliento de esas cenizas
para que desafíes tus rebeldías.
Porque muy pronto
crujirán los goznes tu salida.
Detrás quedarán los muros de azufre
que aprietan el aire emplastado que respiras.
Te moverás entre vampiros y fogonazos.
Volverás a cruzar esa arrugada pestilencia
asfixiando la escalera.
Pero la negra resguardada que te parió solita
sembrará de veleros tu caldo de mar
para que te recubras de audacias
desde la insolencia de la nueva huella.

 

 

 

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