martes, 14 de julio de 2015

CLAUDIO GUERRERO




Los niños encanecidos

 

Nosotros los niños encanecidos
jugamos en la vereda próxima a la casa
el sol no brilla en nuestros ojos.
La señora del frente nos ofrece
un vaso de leche con plátano
y nos pregunta por la salud de la abuela
la nana nos observa con ojos melancólicos
y se encierra en su cuarto a leer.

Nosotros los niños encanecidos
seguimos jugando hasta la medianoche
contando historias de fantasmas.
Mañana el sol aparecerá
en la mente de cada uno
como un recuerdo vago que hay que obviar.

 

 

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