sábado, 5 de septiembre de 2015

ALBERTO RUY SÁNCHEZ LACY




El centro de mi universo en la boca



Una sospecha de penumbra basta
para entrar a un hospital.
Para salir, se necesita
un gran rayo de sol.

Y, con suerte, y algo más,
algunas veces,
las cosas se acomodan
aquí y allá, arriba, abajo,
en el cielo y en tu cuerpo.

Y entonces el sol es un botón,
que se abre en tu camisa,
la luna una sonrisa
en tu pecho.

Para el que
pueda o sepa
gozar ese acomodo,
salud es luz.

Dicen que el persa sediento,
el de los treinta pájaros viajeros
que eran uno
y era imagen del deseo,
le dijo alguna vez a su amada:

La cúpula del universo está en tu pecho,
y en la vasija cóncava donde bebo.
Y en la frescura y la dureza
de esta aceituna en el fondo
está el sabor de tus pezones
coronando el centro del universo
que, de pronto,
está en mi boca.


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