domingo, 13 de marzo de 2016

OMAR SANTOS




Si la fragilidad



Sólo basta la noche para ya no
insistir en la escapatoria.
Sólo basta la noche, los desengaños
de la casa para que tenga más carne
más soplo la renuncia.
Sólo basta la noche, la casa
y este absurdo reclamo
para que entonces, despierte, avasalle,
demuestre sus prodigios
la fragilidad.


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