Hana
no sé dónde lo leí o dónde lo imaginé
pero sé que en el mundo existen culturas
en las que un nacimiento no se produce
el día del parto sino durante el mismo
momento de la fecundación
si las cosas funcionaran de esa manera
podría decir que tú naciste una tarde de agosto
en el huso horario de japón
como una célula que se estiraba y se dividía
preparándose para ser una flor
terminó el verano y con él la noticia de que tú
verías la luz que nosotros vemos
una vez consumidos los meses del frío
no sé dónde lo decidí o dónde lo supe
pero desde entonces empecé a medir el tiempo
no según las horas que hacía desde que
ana murió sino según las horas que quedaban
para que hana comenzara a llorar
en la pantalla de la ecografía tus manos
se estiran impacientes por tocar y por sentir
la doctora dice que no sabe con certeza
pero se arriesga a felicitarnos porque
los siete centímetros de feto que guardo
podrían pertenecer a una niña
vivimos para morir morimos para vivir
no sé donde lo vi o dónde lo imaginé
pero una tarde cualquiera de agosto
una polilla gris chocó contra mi muslo
y en ese pequeño y preciso instante
tu nacías
tu nacías
Barcelona, 29 de
octubre de 2015.
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