Olas
verdes como una leche ingenua
colmando
la memoria
que
se fija en los muslos salpicados
y se
entretiene en el irse yvolver
por
los arpegios de todo lo perdido
Olas
tiernas de caracoles
infladas
en su fuerza descarnada
se
arrojan y nos llevan
para
después abandonarnos
La
orilla ha quedado sin tiempo
el
sol acompaña la música celeste
Somos
un niño en presencia de la furia
(Inédito)
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