viernes, 12 de mayo de 2017

MATILDE CASAZOLA




El ala rota



Esta noche recién caí en la cuenta
de que a mi Ángel
le falta un ala.

¿Desde cuándo
estará así?
¿Desde cuándo
siempre bordeando mi camino
rodeándome de esquinas blandas,
lo más suaves posible
mi ángel venía herido?

Oh guardián
dulce enviado
para llevarme a destino seguro
cómo puedo ahora
descansar en ti mi fe.

Rota un ala
cuántas sendas habrás equivocado.

Con razón estos campos
me eran hostiles hace tiempo
y empeñé tanto espejo
con mi llanto.

Traes la expresión grave
y el cansancio
te agita.

¡No te preocupes, sin embargo!
Sigamos
los dos maltrechos,
incoherentes
perdidos.

A algún sitio habremos de llegar
tarde o temprano.

Eres fiel, Ángel mío.
¿De qué sirviera
que intacto
luminoso, etéreo
te salvaras tú solo?

Caigamos juntos
y olvidemos
el destino que nos fuera deparado
en los dominios
de Dios.

¿Sabes que es lindo
no tener mañana?
Infelices hay muchos, te aseguro
y la tierra de las sombras
es generosa:
no termina nunca.


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