El ala rota
Esta
noche recién caí en la cuenta
de
que a mi Ángel
le
falta un ala.
¿Desde
cuándo
estará
así?
¿Desde
cuándo
siempre
bordeando mi camino
rodeándome
de esquinas blandas,
lo
más suaves posible
mi
ángel venía herido?
Oh
guardián
dulce
enviado
para
llevarme a destino seguro
cómo
puedo ahora
descansar
en ti mi fe.
Rota
un ala
cuántas
sendas habrás equivocado.
Con
razón estos campos
me
eran hostiles hace tiempo
y
empeñé tanto espejo
con
mi llanto.
Traes
la expresión grave
y el
cansancio
te
agita.
¡No
te preocupes, sin embargo!
Sigamos
los
dos maltrechos,
incoherentes
perdidos.
A
algún sitio habremos de llegar
tarde
o temprano.
Eres
fiel, Ángel mío.
¿De
qué sirviera
que
intacto
luminoso,
etéreo
te
salvaras tú solo?
Caigamos
juntos
y olvidemos
el
destino que nos fuera deparado
en
los dominios
de
Dios.
¿Sabes
que es lindo
no
tener mañana?
Infelices
hay muchos, te aseguro
y la
tierra de las sombras
es
generosa:
no
termina nunca.
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