Al final del laberinto
Quizás
el episodio del olvido sea una mala parábola
para
espantar las sombras que se ciernen como un
afligido
ultimátum..
Ando
tras un hijo que se confundió en su nostalgia
y
olvidó llamarme padre
con
la misma indiferencia como los copos de nieve
se
abaten en el pavimento de la calle solitaria
Soy
yo quizás que desacierta en esta época de contraseñas
y
secretos
con
esta angustia que me aniquila tal un voraz incendio .
La
ambigüedad desaparece cuando descubre su mesura
al
final del laberinto.
Yo
retumbo así un trueno en la distancia o en la cercanía
defectuosas
mis palabras y mi voz
y me
permito ser un roedor desorientado que socava
su
guarida en la espesa bruma
con
esta ansiedad que me devasta como un severo cataclismo.
Ando
tras un hijo que se turbó en su tristeza
y
omitió llamarme padre
con
la severidad de los zorzales que resbalan en el hielo
y
luego emprenden su vuelo
en la
calle que continuará desierta.
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