Paramour
El
inglés es sucio. Poliamoroso. El inglés
me
desea. El inglés sale con chicos y chicas.
El
inglés deja la cuenta del bar
abierta
y nunca duerme
solo.
El inglés te habla suavecito
me hace
rogar. Es un poco de juego de roles
y yo no
resisto una buena tentación. Tenemos una palabra clave
que
siempre se me olvida. El inglés adora
los
apodos. El inglés
tiene
un pequeño secreto, un pasado,
otra
familia. El inglés los va a abandonar
por mí.
Le di una copia de las llaves
al
inglés. El inglés me trae flores
robadas
de una tumba.
El
inglés me envía mensajes, se mete
por
emojis, me envía selfies,
No Apto
Para Menores. El inglés tiene reglas
pero
acepta citas de último minuto. El inglés
hace
llamadas para un polvo seguro. El inglés me tiene jadeando.
Cuando
era más joven, mis padres me dijeron
queremos
a ese inglés fuera de nuestra
casa.
Si te vas con ese miserable,
no
vuelvas. Dios-mediante––dije––
en el
lenguaje de la Inquisición. Me arranqué
por la
ventana, pero siempre me terminaban
pillando.
El inglés tenía un cacharromóvil
que la
llevaba. Ahora mi madre chochea
con
nuestros lindos bebés. Juntos
el
inglés y yo escribimos el obituario
de mi
padre. Cuantas veces le he dicho que se acabó,
y el
inglés solo se ríe
y
dice, órale, güerita, vamos por comida
china.
Siempre terminamos
en un
hotel lujoso donde damos
nombres
falsos, y al agachar la cabeza
para
escuchar la respiración de mi amante,
sueño
con Sam Patch hundiéndose
en el
agua: el inglés me dedicó
un
poema
que no
era suyo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario